Las manifestaciones populares hieren gravemente la legitimidad internacional del régimen cubano
Por Mario Luis Reyes
Tras varios años en los que la sociedad cubana venía dando señales de hastío, el pasado domingo 11 de julio, por primera vez en más de 60 años, la población de la isla salió en masa a las calles para exigir «libertad», alimentos y el cese de la represión por parte del gobierno encabezado por el Primer Secretario del Partido Comunista, Miguel Díaz-Canel.
La aparición de Internet por datos móviles en diciembre de 2018, que posibilitó el tráfico de información de manera inmediata a través de las redes sociales, las diversas campañas por la libertad de expresión impulsadas por los artistas del 27N y el Movimiento San Isidro, una agrupación cultural que inspiró la canción «Patria y Vida», asumida por muchos cubanos como un himno, se unió a una severa crisis económica agudizada por la pandemia del COVID-19, la escasez de alimentos, la venta de productos de primera necesidad en dólares y euros, y la desaparición de los medicamentos en el peor momento de la pandemia, como una especie de coctel que propició el primer estallido social masivo en décadas.
Cuando el protagonismo en las redes sociales era compartido por iniciativas de ayuda humanitaria y envío de medicamentos a la isla con mensajes de solidaridad de las más diversas figuras mediáticas, como es el caso de la exactriz pornográfica Mia Kalifha, la leyenda del reguetón Daddy Yankee, el rapero puertorriqueño René Pérez (Residente), el actor español Paco León, o la reguetonera colombiana Karol G, miles de cubanos se lanzaron a las calles pidiendo «libertad» y «comida».
Las protestas iniciaron en el pueblo de San Antonio de los Baños, ubicado en las afueras de La Habana, donde más de un millar de vecinos se dirigieron a protestar frente a la sede del Partido Comunista tras más de tres días de apagones y una severa escasez de alimentos y medicinas. Unas horas después no quedaba prácticamente ninguna provincia en el país sin reportar manifestaciones en contra del gobierno de Miguel Díaz-Canel, quien decidió responder de la forma más peligrosa: «Convocamos a todos los revolucionarios y comunistas a enfrentar en las calles estas manifestaciones. No vamos a permitir que nadie manipule e impongan un plan anexionista […] La orden de combate está dada: a la calle los revolucionarios».
El resultado ha sido el enfrentamiento entre los manifestantes y las fuerzas del orden, cuyo saldo de heridos y muertos es aún se desconoce debido al apagón de Internet realizado por el régimen cubano y la inexistencia de organizaciones independientes que verifiquen las cifras en el territorio.
Hasta el momento, el gobierno ha reconocido la muerte de uno de los manifestantes, pero las imágenes de violencia policial, ciudadanos vestidos de civil y armados reprimiendo las protestas, tropas especiales, boinas negras y antimotines, han provocado la preocupación de organizaciones defensoras de derechos humanos, gobiernos, políticos, artistas, empresas y ciudadanos.
Uno de los primeros en reaccionar a los sucesos fue el abogado chileno José Miguel Vivanco, director de la División de las Américas de la ONG Human Rights Watch, quien informó en su cuenta de Twitter haber recibido «denuncias de detenciones arbitrarias de manifestantes y posibles cortes de Internet».
Mientras, el periodista cubano Abraham Jiménez Enoa reportaba en sus redes sociales lo acontecido: «La calle está tomada por militares y por civiles con armas. Recorrí todo Vedado, todo Centro Habana y muy pocas cuadras no tienen presencia policial. Quedan menos de dos horas para el toque de queda». Y agregó: «hoy vi en los ojos de los represores que son capaces de cualquier cosa, hasta de matar si hace falta. Son fieras que no quieren perder el poder, los mandan a la calle a lo que sea. ¡Golpearon y arrestaron a mucha gente delante de mí!»
Los políticos cubanoamericanos no tardaron en presionar a Biden para que se pronunciara al respecto. «El pueblo de #Cuba salió valientemente a las calles en contra de 62 años de tiranía socialista. 12 horas después de estos acontecimientos, el presidente @joebiden @POTUS no ha dicho nada al respecto», escribió el senador Marco Rubio en un mensaje en su red social Twitter. Poco después dijo que pediría la intermediación de Biden y del secretario de Estado, Antony Blinken, para que «los miembros del Ejército cubano no disparen contra su pueblo».
«Continuaré usando la fuerza de mi voz y el poder de mi cargo para garantizar que Estados Unidos se solidarice con el valiente pueblo cubano que hoy arriesga sus vidas para lograr un cambio en su país y un futuro de Patria y Vida», anunció horas después el senador Bob Menéndez en una declaración oficial.
El también presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado negó rotundamente que a EE.UU. le interese realizar una intervención en la isla. «Nadie ha considerado eso, así que vamos a dejarlo de lado, porque eso es lo que quieren los fidelistas, los que mantienen el poder en Cuba quieren promover eso (…) No va a haber intervención militar», reiteró.
Las muestras de apoyo del exilio cubano tampoco se hicieron esperar. En la ciudad de Miami desde horas de la tarde miles de cubanos se reunieron en la Calle Ocho, ubicada en la Pequeña Habana, así como en el restaurante Versailles, donde corearon consignas como «Si Cuba está en la calle Miami también» o «Ya se acabó», una de las frases de la canción «Patria y Vida».
Entre los participantes en la concentración del Versailles estuvo el músico Yotuel Romero, quien pidió a los exiliados que acudiesen en masa a apoyar a los manifestantes en Cuba, pues, en su opinión, la «dictadura se acabó».
La líder de CubaDecide, Rosa María Payá, hija del fallecido opositor Oswaldo Payá, pidió a la comunidad internacional «llamar la atención a la dictadura» por la represión de las protestas y citó a su padre: «La noche no será eterna».
Pero no solo en Miami se reunieron los migrantes cubanos a celebrar. En la Puerta del Sol de Madrid se dio cita un centenar de isleños entre los que se encontraban reconocidos artistas como el músico Pancho Céspedes, los plásticos Marco Castillo, Carlos Garaicoa, Dagoberto Rodríguez, Leandro Feal, Reynier Leyva Novo, Kiko Faxas, Celia González y Léster Álvarez, así como los cineastas Carlos Quintela, Heidi Hassan y Yimit Ramírez. Otras ciudades donde se reportaron concentraciones en solidaridad con los manifestantes fueron Barcelona, Ciudad de México, Buenos Aires, Santa Cruz, Santiago de Chile y Nueva York.
Aunque la Administración de Biden se pronunció el mismo domingo a través del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, quien afirmó que condenará «cualquier violencia o ataque» contra los manifestantes pacíficos en Cuba, no fue hasta el lunes que el propio presidente ofreció su apoyo «al pueblo cubano y su clamor por la libertad y el alivio del trágico control de la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico a las que ha sido sometido por el régimen autoritario de Cuba», en un comunicado divulgado por la Casa Blanca. «Estados Unidos hace un llamado al régimen cubano para que escuche a su pueblo y atienda sus necesidades en este momento vital en lugar de enriquecerse», concluyó.
Pero más allá de EE.UU., señalado por las autoridades cubanas como responsable de las protestas, aunque sin presentar la más mínima evidencia al respecto, las manifestaciones masivas cubanas generaron polémicas en países de Europa y América Latina.
El Gobierno español se pronunció en la mañana del lunes a través de un comunicado emitido por el Ministerio de Exteriores en el cual defendió «el derecho fundamental a manifestarse libre y pacíficamente de todos los ciudadanos» y pidió «a las autoridades cubanas que lo respeten».
Ese mismo día, el diario español El País publicó un editorial más contundente de lo habitual con el régimen cubano, que suele ser «perdonado» por la prensa europea. En el texto, titulado «Democracia es lo que necesita Cuba», el periódico pidió al Gobierno de España y a la Unión Europea «actuar sin dilación ante la estrategia inmovilista de EEUU, el gran actor regional». «No es aumentando el sufrimiento de la ciudadanía como se abrirá el camino a la libertad. Pero tampoco cerrando los ojos a los excesos del régimen con la vana esperanza de que todo cambiará por sí mismo. Es necesario movilizarse para acompañar la democratización que corresponde a los cubanos desarrollar», agregó.
Las protestas cubanas incidieron pronto en el debate político local. La presidenta de la Comunidad de Madrid y una de las principales figuras del Partido Popular (PP), Isabel Díaz Ayuso, dijo apoyar a los manifestantes «que estos días se levantan contra quienes llevan seis décadas robándoles la vida, la libertad, la democracia y sus derechos. Estamos con ellos y con su lucha por la libertad frente al comunismo». La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, también exigió al Gobierno de Pedro Sánchez «ponerse del lado del pueblo cubano, de la libertad y de los derechos humanos», a la vez que afirmó que el silencio del mandatario la «avergüenza».
Sin embargo, desde la izquierda figuras ligadas a Unidas Podemos como Alejandra Jacinto y Aina Vidal negaron la existencia de una dictadura en Cuba, aunque pidieron que se permita «con total transparencia» cualquier tipo de manifestación en la isla, como es «deseable en cualquier país».
También el independentista catalán Gabriel Rufián, portavoz de ERC en el Congreso, ironizó en Twitter con las manifestaciones de la isla, al afirmar que «en Colombia se asesina a un manifestante cada 36 horas en las protestas contra el Gobierno y se ha sabido que Juan Carlos I se enriqueció con venta de armamento durante 40 años. Pero a ti hoy te van a informar hasta de la talla de zapatillas de los manifestantes cubanos».
Una de las figuras más contundentes en Latinoamérica fue el mandatario uruguayo Luis Lacalle Pou, quien afirmó que «Cuba es una dictadura que obviamente no respeta los derechos humanos» y agregó que «la comunidad internacional debe ayudar y debe manifestarse sin entrometerse en los asuntos del país». Al ser consultado por los periodistas locales, el político elogió el coraje del pueblo cubano y dijo que «la libertad es la que mueve al individuo. Llega un momento que a uno lo pueden arrinconar, pero cuando se dan determinadas situaciones, el individuo pelea por su libertad y por la sociedad».
También se sumó a las críticas el brasileño Jair Bolsonaro, mientras el Gobierno chileno emitió un comunicado oficial alegando que «no hay justifiación para impulsar medidas represivas que intenten acallar a los ciudadanos que pacíficamente piden mayor libertad, salud oportuna y digna y mejor calidad de vida».
Los principales apoyos al régimen vinieron de sus aliados venezolanos y rusos. «¡El pueblo revolucionario de Cuba salió a las calles a proteger su soberanía y dignidad!», tuiteó el canciller venezolano Jorge Arreaza, junto a un video donde partidarios del régimen gritan consignas contra los manifestantes y levantan una foto de Fidel Castro.
«Consideramos inaceptable la injerencia externa en los asuntos internos de un Estado soberano y cualquier otra acción destructiva que fomente la desestabilización de la situación en la Isla», dijo la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, al medio oficial RT.
Como era de esperar, la pareja presidencial nicaragüense compuesta por Daniel Ortega y Rosario Murillo apoyaron al régimen cubano, a la vez que afirmaron en una carta enviada a Díaz-Canel que vieron «las imágenes de un formato conocido de desestabilización imperialista que los pueblos libres, que sabemos defender nuestra soberanía y derechos, hemos vivido, enfrentado y vencido».
Tal vez fue más sorpresiva la postura del mexicano Andrés Manuel López Obrador, quien pidió suspender el embargo económico de Washington contra La Habana y criticó que la prensa internacional le diera protagonismo a las manifestaciones multitudinarias en Cuba, lo que calificó como un «inusual despliegue informativo».
El relator Especial de la ONU sobre la libertad de asociación y de reunión pacífica, Clement Voule, dijo seguir con preocupación las protestas en Cuba, ante lo que instó «a las autoridades a que garanticen el derecho de reunión pacífica y a que pongan en libertad a cualquier persona detenida por ejercer este derecho».
Pero no fueron solamente los políticos quienes se lanzaron a opinar sobre los sucesos, pues si algo han tenido estas protestas ha sido repercusión en los medios y un apoyo mayoritario entre la comunidad de artistas y celebridades a lo largo del mundo.
Entre los primeros en expresarse públicamente en favor de los manifestantes estuvieron los músicos cubanos Leoni Torres, Haydeé Milanés, Camila Cabello, Daymé Arocena, Willy Chirino, Gloria Estefan, José María Vitier, Pancho Céspedes, Cimafunk, Yomil y El Micha, así como el actor Alberto Pujol, la actriz Yuliet Cruz, el duo humorístico Pichy Boys, el comediante Ulises Toirac, el actor Alexis Valdés, la escritora Wendy Guerra, el director de cine Pavel Giroud, la actriz Yuliet Cruz, la presentadora María Celeste, la agrupación musical Qva Libre y el realizador audiovisual Joseph Ros.
También figuras internacionales como Marc Anthony, René Pérez (Residente), Ricky Martin, J Balvin, Sebastián Yatra, Beatriz Luengo, Julieta Venegas, Olga Tañón y Ricardo Montaner, entre otros, mostraron su apoyo a los manifestantes.
Más recientemente, han denunciado la situación en la isla el rapero cubano-estadounidense Pitbull, la cantante mexicana Thalía, la banda Major Lazer, y escritores como el Arturo Pérez Reverte o la dominicana Rita Indiana.
Por otra parte, también se ha pronunciado, desde la izquierda radical, la Liga Internacional de los Trabajadores Cuarta Internacional. Una carta — firmada por decenas académicos de diversos países como Etienne Balibar (Kingston University London), Robert Brenner (University of California), Noam Chomsky (MIT-USA), Gayatri Chakravorty Spivak (Columbia University-USA) o Eric Toussaint (University of Liège and Paris VIII) — pidió este martes la liberación de Frank García Hernández, «historiador y marxista cubano», y de varios «compañeros» suyos que «fueron detenidos el domingo 11 de julio de 2021 durante una manifestación en La Habana».
La misiva cita a Rosa Luxemburgo: «La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que este sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente. No a causa de ningún concepto fanático de la “justicia”, sino porque todo lo que es instructivo, totalizador y purificante en la libertad política depende de esta característica esencial, y su efectividad desaparece tan pronto como la “libertad” se convierte en un privilegio especial».
El popular reguetonero Don Omar eliminó todas las imágenes de su cuenta oficial en Instagram dejando solamente una en la que aparecen los manifestantes cubanos, sobre quienes dijo que «son más y no tienen miedo». «Cuba, voy a ti, y pago doble», añadió el músico.
Pero además de las figuras internacionales han sido numerosos los artistas cubanos de prestigio, y en muchos casos cercanos al régimen, como lo son Chucho Valdés, Leo Brouwer y la orquesta Los Van Van, que han condenado la represión y la gestión gubernamental de la crisis.
«¡Que dolor, que tristeza que se llegue al abuso del poder!… Nunca imaginé que las fuerzas del orden en Cuba fuesen a agredir a gente común y pacífica como somos los cubanos», escribió Brouwer en su cuenta de Facebook. «Cuando el cubano protesta, no cabe duda de que la política o mejor dicho, el poder político y militar se ha extralimitado! ¿Cómo pueden vivir tranquilos?», agregó el músico, en referencia a la ola represiva impulsada por el mandatario cubano Miguel Díaz-Canel.
«Apoyamos a los miles de cubanos que reclaman sus derechos, debemos ser escuchados. Digamos no a la violencia y al atropello. Llamemos a la paz en nuestras calles», afirmó la nota publicada por Formell y Los Van Van, quienes dijeron estar siempre apoyando al pueblo «sea quien sea, piense lo que piense, defienda la ideología que defienda».
El músico Silvio Rodríguez, en cambio, se limitó a decir que estos «escándalos» terminarán cuando se legalicen las protestas en la isla, lo cual se desprende del dizque «carácter democrático y socialista» de la Constitución cubana. Además, dijo que «este es un momento de defensa de los incuestionables logros de nuestro país, a la vez que exige de nosotros una muy profunda y lúcida meditación sobre nuestra realidad. De nuestra moral defensiva y de nuestra capacidad de autorrevisarnos depende el futuro».
A los músicos también se sumó en el reclamo el Premio Nacional de Artes Plásticas Lázaro Saavedra, quien renunció a exponer sus obras en galerías del Estado cubano, a la vez que anunció la suspensión de la muestra programada en la Galería Habana en la segunda mitad del año.
Tal vez la comunidad artística que más se ha pronunciado contra la represión de la dictadura ha sido la de los salseros, donde además de Los Van Van se han solidarizado con los manifestantes Alain Pérez, Emilio Frías, líder de la banda El Niño y la Verdad, Adalberto Álvarez, César Pupy Pedroso y Elito Revé.
Este miércoles se han declarado en favor del pueblo y su derecho a ser escuchado y en contra del abuso de la fuerza de Estado figuras como los cantautores Liuba María Hevia y Carlos Varela, el bailarín y coreógrafo Carlos Acosta y su colega Litz Alfonso, los actores Luis Alberto García y Jorge Perugorría, las actrices Laura de la Uz y Tahimí Alvariño, y los músicos X Alfonso, David Blanco, Nassiry Lugo y la familia López-Nussa.
Más sorprendente aún ha sido el pronunciamiento público de los responsables de negocios privados, como es el caso de la popular pizerría habanera Ring Pizza, que publicó un mensaje en su cuenta de Instagram alentando a los manifestantes. «Hoy mi Cuba llora, hoy mi pueblo sangra, pero mañana seremos libres. Fuerza cubanos, nosotros somos más. Desgraciadamente, si queremos un cambio hay que hacer sacrificios y todos queremos una Cuba Libre», escribieron los responsables del establecimiento.
También la marca de ropa Clandestina denunció que «nadie debería sentir miedo, ni ser amenazado, ni violentado por exigir sus derechos libremente. Por expresar sus inconformidades. Nadie debería estar sin Internet, sin saber de su familia por tres días seguidos».
Los miembros del estudio independiente de arquitectura Infraestudio expresaron en la red social que «los cubanos exigen un cambio político desde dentro y desde fuera. El pueblo ha sido reprimido. Se ha cortado el servicio de Internet. No hay noticias nacionales al respecto. Necesitamos un cambio. Es hora de la libertad».
Tampoco la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba ignoró los sucesos, por lo que publicó un comunicado defendiendo el derecho de los cubanos «a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente».
«La violencia engendra violencia, la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar, por eso invitamos a todos a no incentivar la situación de crisis, sino con serenidad de espíritu y buena voluntad, ejercitar la escucha, la comprensión y la actitud de tolerancia, que tenga en cuenta y respete al otro para juntos buscar caminos de una justa y adecuada solución», agregaron.
Sin duda alguna el régimen de la isla no había sufrido una crisis de legitimidad tan grande en sus 62 años, pues en menos de tres días desde la Organización de Naciones Unidas hasta el influencer senegalés Khaby Lane, pasando por la célebre Mia Kalhifa y los legendaros Van Van, han coincidido en una cosa: los cubanos no tienen libertad.
Publicado originalmente en El Estornudo.