El Ciervo Encantado nos muestra el rostro del Ángel

El Estornudo
5 min readMar 12, 2021

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Foto: Cortesía de El Ciervo Encantado

Por Mauricio Mendoza

En diferentes culturas, la figura del ángel Gabriel toma el papel de mensajero de Dios. En la tradición islámica Gabriel es enviado a muchos profetas con revelaciones y mandatos divinos. Se dice que Allah reveló el Corán a Mahoma a través de este ángel. Su imagen representa pureza, viste de blanco con aspecto andrógino y especial delicadeza.

En la Biblia se cuenta que el Arcángel Gabriel se le aparece a María para proporcionarle un mensaje de Dios. En este pasaje, conocido como «La Anunciación», el arcángel le haría saber a la virgen que su cuerpo serviría de recipiente para engendrar al Hijo de Dios. Además, dejaría un mensaje claro: «Para Dios nada es imposible».

La última puesta en escena de El Ciervo Encantado, «La Anunciación», utiliza las concepciones bíblicas respecto al ángel, más el apoyo visual y conceptual que representa el cuadro de igual nombre, firmado por Antonia Eiriz. La obra plástica fue utilizada para el arte del programa de bienvenida a la sala. En las obras de Nelda Castillo, un teatro donde las imágenes poseen gran peso y valor, cada elemento, por mínimo que sea, significa y expresa algo, y estos códigos sirvieron para mostrar otra visión del mensajero contrapuesta a lo que relatan los textos sagrados.

En esta ocasión la figura celestial la vemos transformada en un ente macabro y escalofriante. Como lo puede ser un agente de la Seguridad de, Estado o un funcionario estatal en el ejercicio de hacer cumplir las políticas del gobierno –sincretizado a la representación de Dios– con respecto al arte y la expresión ciudadana.

Esta obra fue estrenada exactamente una semana antes de los sucesos de San Isidro y la sentada pacífica frente al Ministerio de Cultura el 27 de noviembre de 2020. Quienes vieron su inauguración y después protagonizaron los sucesos del MINCULT quizás pudieron pensar que Nelda Castillo, directora de dicha compañía teatral, tenía una bola mágica donde vaticinaba el futuro. Esta obra, con días de antelación, reflejaba exactamente todo lo que sucedía por aquella fecha. La violencia ejercida por el Estado mediante sus agentes para reprimir las voces que disienten y piden ser escuchadas e incluidas en la nación.

En verdad, Nelda no tenía tal bola de hechicera. En este caso, su acierto se debe a que la violencia y las arbitrariedades gubernamentales hacia los artistas, activistas y ciudadanos que toman los espacios públicos para expresar ideas es un método que se ha puesto en práctica en Cuba de manera sistemática. La idea para desarrollar este montaje escrito, dirigido y protagonizado por la propia Nelda surge a raíz de la experiencia tras un performance de dicho grupo en la pasada 13 Bienal de La Habana.

Foto: Cortesía de El Ciervo Encantado.

EL CUERPO DE ESOS ZAPATOS fue una obra realizada en la Calle G y Calzada, frente al monumento donde se encontraba la estatua del presidente Tomás Estrada Palma. Tumbada luego del triunfo revolucionario, hoy solo quedan los zapatos de la estatua. En esta acción las personas que interactuaron pegaron papelitos de oficina en la base del monumento con los nombres de las personas que pudieran representar simbólicamente los cuerpos de esos zapatos. Mediante la intervención del espacio público, El Ciervo realizaba un ejercicio de participación ciudadana a través del lenguaje artístico. Llamaba a una inclusión en la nación donde todas y todos tuvieran la oportunidad de expresarse y coexistir. Al tiempo que ocurría la obra, el 11 de mayo del 2019 se desarrollaba la marcha por los derechos de la comunidad LGBT, donde los activistas de esta comunidad y demás personas que los apoyaban fueron reprimidos y negados de sus derechos a expresarse.

A fines del año pasado, o en los primeros días de este, recuerdo haber hablado con Nelda para que me contara un poco sobre «La Anunciación». Ahí me rebela que, luego del performance en la calle G, el cual llevó a cabo sin permisos estatales ni procesos burocráticos, tuvo que tratar con funcionarios estatales que requerían su labor artística.

Para transmitirnos su tesis, Nelda rompe con la idea que tenemos del teatro convencional. El ángel diabólico que ella representa no lo observaremos de frente al público. La actriz encarnará la obra desde los andamios del techo de la sala. Con una iluminación azul oscura, sin variaciones, el ángel mirará desde arriba al espectador, como mismo lo hacen los grupos de poder con el pueblo. Ella nos hace sentir y reflexionar, como público, que el pueblo es el escalón más bajo, pero que por encima del mensajero también hay entes, los cuales no vemos, que incluso ni el mensajero ve. Tan solo recibe las órdenes y ejecuta.

El discurso del personaje representa la retórica del sistema actual para ejercer la hegemonía imperante. Sus palabras adquieren esa bondad teatralizada típica, por ejemplo, del instructor que interroga a un activista o artista beligerante. Nelda muestra las amenazas escondidas en esas oraciones que supuestamente expresan ayuda.

Acompañado de un texto que relata la represión al pensamiento disidente en Cuba, el trabajo actoral de Nelda, con Mariela Brito como asistente de dirección, generan un efecto shock y catarsis en el espectador que entiende la obra de El Ciervo y sus líneas discursivas. Hay, como siempre, un riguroso trabajo investigativo de fondo. El montaje de «La Anunciación» termina con una especie de video documental que muestra al público fotos de lo ocurrido el día que se realizó EL CUERPO DE ESOS ZAPATOS. Fotos de personas pacíficas con ansias de un país inclusivo.

En el contexto de la obra, rescatar lo que fue aquel performance no solo evidenciaba el pie forzado que generó la puesta concluida. También nos expresaba que los artistas, activistas, disidentes y miembros de la sociedad civil son parte del cuerpo que conforma la nación cubana.

Publicado originalmente en El Estornudo.

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