Decálogo-chofer de la dictadura cubana

El Estornudo
4 min readJul 17, 2021

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Foto: Evelyn Sosa

Por Legna Rodríguez Iglesias

1- La dictadura cubana convierte a sus ciudadanos en animales: ratas de alcantarilla, vacas sagradas, pájaras pintas, perras, chernas, carneros, gusanos, marranos, papagayos y, ahora, de nuevo, mulas: «Autorizar excepcionalmente y con carácter temporal la importación vía pasajero con equipaje acompañante, alimento, aseo y medicamentos sin límite de valor de importación y libre de pago de aranceles hasta el 31 de diciembre de 2021. Los límites los pone la aerolínea». (Cubadebate)

2- La dictadura cubana merece inmediatamente el premio Nobel de Matemáticas (aunque parece más buena dividiendo que sumando): «He sabido por algunas amigas que te vieron en la calle, en una manifestación contra el gobierno cubano, sin nasobuco. Yo sigo diciendo que tengas cuidado. No te expongas más sin resultados. Eso no va a resultar. Nuestro gobierno NO se va a caer por acciones banales. Busca otras informaciones. No aceptes solo lo que dice una parte que es la minoría. Cuídate mucho y cuida al niño. Papá recién operado, exponiéndose irresponsablemente. Los tres están equivocados. A mí me llamaban para decírmelo y todos me decían cuánto recordaban a mi padre, el comunista revolucionario camagüeyano Angel Iglesias Novoa, tu abuelo. Qué pena. Toda la obra teatral y todos los crímenes de ayer fueron impactados por el mismo pueblo. No surtió efecto. Te ama, tu mamá». (Roselia Amparo Iglesias Moronta)

3- La dictadura cubana marea, como mismo marean las jerigonzas: «compartir con ustedes todo un grupo de elementos sobre sucesos que han estado aconteciendo en el día de hoy. Tienen que ver con un sistema de provocaciones sistemático que ha estado promoviendo la contrarrevolución. Hemos sido honestos, hemos sido diáfanos, hemos sido claros y en cada instante hemos estado explicando a nuestro pueblo las complejidades de los momentos actuales» (conste que lo edité un poquito). (Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez)

Foto: Evelyn Sosa

4- Como lo mío es ser madre y nunca nunca nunca intelectual, me molesta mucho que «la dictadura cubana» sea un octosílabo, aunque reí cuando me di cuenta de que rima con «cabeza de palangana». Soy una mamá ansiosa que disimula mucho su ansiedad. Casi todo me da incertidumbre pero hay algo que me alivia: mi hijo no va a ser adoctrinado. Él dice que las iguanas comen árboles y ventiladores. ¿Y eso qué tiene que ver con la dictadura cubana? Nada en particular.

5- Si la dictadura cubana fuera un organismo unicelular sería un paramecio carnívoro en un agua estancada, putrefacta; o tal vez un poema latinoamericano, de esos que tú conoces, donde el sujeto lírico está triste porque no puede alcanzar las estrellas o el cielo o la luna o la madre lírica que lo parió.

6- Si la dictadura cubana fuera revolucionaria sería una dictadura mejor.

7- Yo creo que la dictadura cubana es medio tortillera. Últimamente abusa siempre de las mismas mujeres. Las encierra en cubículos apretados, a las mismas, las interroga y las violenta como si estuviera loca por ellas: «Me di cuenta tarde. No cuando varios policías me empujaban a la fuerza hacia una patrulla en mi primera detención del día, ni cuando más de diez mujeres, inexplicablemente enardecidas, a las que no conozco y en apariencia tampoco me conocen, me gritaban «gusana», ni cuando me dejaron casi tres horas dentro de esa misma patrulla cerrada, casi sin aire, con reguetón a todo volumen. Me di cuenta del dolor, de la fractura, pasadas muchas horas, y fue como un desvanecimiento». (Katherine Bisquet)

8- Hasta Inger Christensen se tomó el trabajo de escribirlo en su Alfabeto: el once de julio y el doce de julio existen, la dictadura cubana existe.

9- La dictadura cubana tiene propiedades sociales maravillosas, como la tierra y el cielo, que jamás serán manchados.

10- La dictadura cubana, azucarera, facilita emplastos de azúcar prieta mojada sobre trozos de pan-esponja con peste a zicote y textura nauseabunda. Estuve varios años alimentándome de ese menú exclusivo en plena edad del desarrollo y me acuerdo de que lo único que quería era sentarme tranquila en una esquina, para tragarme el bodrio sin que nadie me viera.

11- En la dictadura cubana no hay donde sentarse.

Foto: Evelyn Sosa

Publicado originalmente en El Estornudo.

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Revista independiente de periodismo narrativo, hecha desde dentro de Cuba, desde fuera de Cuba y, de paso, sobre Cuba.

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